De pronto perdemos el control, un día decimos: hay bueno ¿que tanto es tantito? y cuando nos damos cuenta todo es un DESASTRE.
Un día dejé mi departamento tan limpio que me sentía orgullosa de haberle dedicado tantas horas a lograr que finalmente se viera tan hermoso, tan de mujer, tan presentable para quien pudiera llegar. Con el paso de los días, la rutina de trabajo, las salidas con amigos, las horas durmiendo y más, pues fui dejando la ropa sobre la silla, los zapatos fuera de donde deben ir, el plato en la mesa del comedor, la ropa que traje de la lavandería en el sofá de la sala y así...
Y entonces hoy después de la siesta vespertina que pude tomarme al salir temprano de la oficina, reaccione.
Así como luce este lugar el día de hoy, ¿luce mi vida?, es decir, me pongo a dieta, adelgazo, logro cuerpazo para presumir y después...¿me como 10 tacos y no pasa nada?
¿Sucede que soy muy linda, me arreglo, me maquillo para verme mejor y un día simplemente olvido el maquillaje o cepillarme el cabello y salgo a la calle sin que me importe mostrar como soy realmente?
Como dirían nuestras maestras de primaria ¿así te educaron en tu casa? ¿así te bañas? ups! me sentí regañada y peor aún por mi misma.
Las cosas son simples, básicas y no hay que llegar al extremo.
Es decir, hay que saber arreglar el departamento, dejarlo bonito y a diario mantenerlo pasando la escoba (también debajo de los muebles), levantar los platos, lavarlos inmediatamente y no dejar que cobren vida en el fregadero, acomodar la ropa que traes de la lavanderia y ya viene doblada en donde debe ir, tender la cama al levantarte, y sobre todo comer bien, lo mejor posible, no es comercial, pero que real es "somos lo que comemos"
Lo anterior es un ejemplo, creo que el más real. Es cierto que en la actualidad la rutina es complicada, el tiempo no alcanza, el cansacio hace desistir de cualquier intento de orden, pero nadie lo hará por nosotros, nadie cuidara nuestra salud ni ordenará nuestro espacio.
Hoy me levanto, no niego que pude seguir acostada hasta mañana y decido que hoy mismo pongo orden en este lugar, acomodo la ropa en su sitio, lavo el tazón después de cenar el cereal, ya no son tacos, vuelvo al hábito saludable que si bien no es el más sabroso-delicioso (grasoso) es el que mejor hará a todo mi cuerpo.
Al hacer esto retomo también de manera automática la fuerza de voluntad para cerrar ciclos, para deja de pensar en lo que creía era conveniente para mí y que definitivamente ni cerca estaba. El corazón es como mi departamento, mientras más ordenado luzca, más posibilidades hay de recibir visitas gratas, quien dice que no podría llegar el esperado, así que hay que barrer bien.
Hoy me prometo a mi misma que intentaré con todas mis fuerzas lograr meterme al camino, no es sencillo pero cuando haces de las cosas un hábito todo es posible, así que empezando de cero y con la idea de que día a día ire agregando-eliminando algo más para llegar a mi bienestar total hoy hago mi mayor esfuerzo y con un plato de cereal como cena, inicio la semana y retomo los hábitos.
¿Lo intentarían?